Lo que habéis heredado de vuestros padres,
volvedlo a ganar a pulso o no será vuestro.
Goethe
Hace unas semanas quedé a comer con mis padres para celebrar el 75 cumpleaños de mi padre. Al final de la comida, mi padre, imagino que aprovechando que mi mujer no nos acompañaba -estaba ya de nueve meses y no se encontraba muy bien- me dijo: «Jorge, ahora que vas a tener tu tercer hijo, ya te puedes atar los machos, que con la que está cayendo…«, y un escalofrío me recorrió de arriba abajo. Y es que, efectivamente, tener ya tres personitas a cargo es una gran responsabilidad. Y solo una también.
Pero también es verdad que el momento perfecto para tener un hijo no existe: vamos a esperar que me ascienden el año que viene, es que nos ha subido la hipoteca, es que con la crisis, después del viaje aquel del que hablamos…
La misma noche del cumpleaños de mi padre nació mi tercer hijo, que resultó ser una niña sanísima, gracias a Dios.

Hoy he ido a la calle Serrano de Madrid, para entregar unos papeles relacionados con los permisos de paternidad y maternidad y, casualidades de la vida, he aparcado debajo de la placa en memoria de Carrero Blanco, allí donde la banda terrorista ETA decidió hacerle volar por los aires y acabar con su vida, en la calle Claudio Coello.
Y casualmente también, mis ojos se han ido a la fecha de la placa: 20 de diciembre de 1974, dos días después de nacer yo. En realidad, Carrero Blanco murió asesinado en 1973, así que imagino que la fecha es la de la instalación de la placa, un año después.

Mi hermano mayor nació en 1972 y yo en 1974. Entre su nacimiento y el mío, el Presidente del Gobierno saltaba por los aires. Entre 1975, cuando se produce la muerte de Franco, y 1977, año de las primeras elecciones generales, morirán 43 personas en acciones terroristas de ETA. A esta incertidumbre política, había que añadir la económica, la crisis del petróleo. Vamos, el paraíso. ¿Qué pensarían mis abuelos de mis aventureros padres por tener hijos en aquellos momentos?
Hoy, el escalofrío de aquella comida se me ha pasado. Sin quitar gravedad a la situación actual, que es realmente cruda, he pensado que tendré que hacer lo que hicieron mis padres: trabajar y trabajar. Y respecto a mis hijos: quererles y quererles. Nada más. Y nada menos. Estoy seguro de que así conseguiré lo que mis padres lograron: darnos lo mejor de ellos y sacarnos adelante.
Y mis hijos, como yo, algún día entenderán que, con esfuerzo, todo es posible. Y les habré repetido la lección que recibí de mis padres.
Aunque quizás mis hijos nunca lleguen, además de a quererme, a admirarme como yo admiro a mis padres, día a día. Pero no les culparé por ello, porque mis padres son de una pasta especial, inimitables.
ACTUALIZACIÓN 14 de diciembre de 2013:
Unilever, la multinacional propietaria de decenas de marcas de gran consumo ha lanzado una campaña publicitaria (Project Sunlight) emocionante en la que anima a los futuros padres de familia a no tener miedo y a traer a sus hijos al mundo, seguros de que no hubo mejor momento para plantear un futuro brillante:
Follow @jorgesegadoPost relacionado: ¿Niños competitivos? No, niños mejores
26 mayo, 2010 at 10:45
Enhorabuena, Jorge! Eres un valiente en los tiempos que corren, pero me parece estupendo: ¡anda que no se lo van a pasar bien tus tres churumbeles jugando entre ellos!
good luck
Pilar
26 mayo, 2010 at 14:28
Ayer mismo (cumple de Nico) estaba yo pensando esto de mis abuelos. Ellos tampoco esperaron a tiempos mejores. Cuando nacieron mis padres en el año 43, España acababa de salir de una guerra civil y el mundo estaba inmerso en una mundial, que principalmente se desarrollaba en Europa, con una España completamente aislada.
26 mayo, 2010 at 19:58
vaya, me alegro de poder seguir tu sexto sentido también por aquí… yo siempre le decía a mi doña esa misma frase «justo ahora no me viene bien» pero la acompañaba de «si tu estás convencida, sea… porque creo que nunca va a llegar ese momento». Y al final me encontré con 3 churumbeles tratando de elevar la media nacional de publicitarios, cineastas y postproduceros, que nunca he sabido bien a qué hostias me dedico. Con el tiempo, mi conclusión habita en el refranero popular: «donde comen dos, comen tres (y cinco y seis)» y «no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy». Un abrazo
1 junio, 2010 at 11:29
Peep, un gusto verte a ti por aquí y ver que me sigues. Ya verás como tú y yo haremos todavía muchas cosas interesantes en la vida, pero nada como esos tres «followers».
Un abrazo.
2 junio, 2010 at 9:26
eso mismo pienso yo… sólo espero que ellos estén de acuerdo. Si necesitan terapia, por lo menos que sea cuando se hayan ido de casa y que se la paguen ellos, jajajá.
2 junio, 2010 at 17:07
Me encantó esa mezcla de anécdora familiar, Historia Contemporánea de España y análisis económino con gráfico incluido… 🙂
28 diciembre, 2012 at 14:03
La más hermosa forma de verlo, y quizá la única que nos sirve a todos para algo.
28 diciembre, 2012 at 14:28
Gracias, Alain. Un fuerte abrazo.
28 diciembre, 2012 at 17:41
En su día no reparé en lo de El pimiento verde… 2 años estuve comiendo allí casi todos los días, no se me ocurre una mejor manera de pulirse los ahorros. Feliz entrada en 2013.
28 diciembre, 2012 at 17:45
Feliz 2013 para ti también, Pepe. Un abrazo fuerte.
28 diciembre, 2012 at 22:38
Que importante es ver las cosas con perspectiva, especialmente en el entorno de negatividad que nos rodea. Muchas felicidades por tu niña!