El riesgo y coste (altos) del micromanagement

Tras la lectura del interesanteYou’re Not Managing Enough, de Judd Antin, no está de más fijarnos en uno de los principales vicios de quienes gestionan equipos: el micromanagement (por exceso y por defecto). Hablemos de cómo evitar la ‘microgestión’ es crucial para el futuro de tu empresa y tus equipos, tema recurrente con los directivos que acompaño.

Casi todas las personas que he conocido han sufrido bajo la influencia de un micromanager: alguien que ronda, critica y asfixia a sus subordinados directos. Generalmente debido a inseguridad, falta de confianza y/o pura incompetencia.

Judd Antin

Muchos directivos tienen tanto miedo a la microgestión que no gestionan lo suficiente. Un buen director de personas se mantiene involucrado en todo momento, sin revolotear, adivinar o tomar el mando.

Hay tres formas en que los buenos directivos apoyan a su gente en el aprendizaje y el crecimiento, pero sin caer en el micromanagement.

  1. Proporcionar claridad. Dejar a alguien suelto en una tarea ambigua, con poca información sobre expectativas, roles y resultados es una receta para el desastre.

  2. Dar acceso, contexto. La práctica del trabajo es a menudo menos glamourosa de lo que parece desde fuera. Tenemos una tendencia a dramatizar y complicar demasiado actividades con las que no estamos familiarizados. La decisión del buen directivo es brindar acceso que revele el contexto del proyecto. Hablará de las complejidades y la dinámica social (gran atención a esto) de las personas involucradas.

  3. Hacer un plan. ¿Cómo vamos a abordar esto? ¿Cuáles son las fases y los hitos? ¿Cuál es la parte más difícil? No se trata de guiar cada uno de los movimientos. El cómo dependerá de quién ejecute. Un directivo activo verificará periódicamente cómo van las cosas, cómo corresponden con las expectativas (o no) y cómo debemos adaptar el plan.

Hay muchos problemas comunes evitables en el lugar de trabajo que pasan desapercibidos porque nosotros (como directivos) no dedicamos suficiente tiempo a identificarlos y resolverlos/minimizarlos.

Además del despilfarro de recursos (dinero, tiempo y energía) y del coste de los problemas recurrentes sin resolver, las consecuencias más perniciosas del micromanagement son básicamente:

  • La escalada de pequeños problemas a problemas mayores: cuanto más se retrasa una respuesta, peor puede llegar a ser la situación.

  • El efecto devastador en el rendimiento general de la organización. Atención a estos subefectos:

    – Los trabajadores mediocres empiezan a sobrevalorar su propio rendimiento, comparándose con el bajo rendimiento de sus colegas. Y empiezan a pedir recompensas y reconocimiento pensando que se lo merecen.
    – Este comportamiento afecta enormemente a los trabajadores de alto rendimiento, que se sienten infravalorados y, en última instancia, acaban agotados, con la moral baja o incluso abandonando la empresa.

    Combinación mortal.

Como directivos, podemos tener tanto miedo a la microgestión que también corremos el riesgo de entrar en territorio pasivo.

Judd Antin

Muchos directivos tienen tanto miedo a la microgestión que simplemente no gestionan lo suficiente. Confunden desentenderse con crear un espacio productivo.

Pero un buen directivo se mantiene comprometido en todo momento, sin dudar ni hacerse cargo.

Hay muchas cosas que puedes hacer, pero son ellos los que están en el desempeño. Mantente comprometido, alentándolos y dejándolos hacer lo suyo, listo para confirmar esa complicidad en cuanto haya oportunidad.

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