Vivimos en una constante exaltación del fracaso como modo de aprendizaje. Pero el fracaso hay que evitarlo siempre. Otra cosa es no olvidar mirarlo a los ojos y hacerle las preguntas oportunas para aprender de él una vez que nos lo encontramos de frente.
El fracaso hay que evitarlo. Otra cosa es obviar lo que tiene de pedagógico una vez se incurrió en él.
Anticipando que una mayor tolerancia social al fracaso y una mayor asunción del riesgo son catalizadores del progreso de una sociedad, hoy quiero hacer algunas reflexiones muy breves en torno al éxito y el fracaso.
1. Confronta tu miedo al fracaso con el retorno esperado
“El que no arriesga no gana” es una expresión que habla de cuando el miedo a fracasar es más grande que el deseo de ganar. Aquí habrá que confrontar la potencial pérdida con la potencial ganancia y tomar una decisión que no siempre es ni obvia ni universal, porque toda decisión tiene un contexto y cada individuo, en función de ese contexto, un perfil de aversión al riesgo distinto.
De no hacer este análisis se podrían derivar fracasos tontos, inconvenientes o innecesarios.
2. El fracaso es inevitable
El fracaso es parte de la vida y, por más que queramos, no siempre lo podemos evitar.
Inevitable no quiere decir deseable ni siquiera clave para el éxito.
El fracaso es inevitable. Pero inevitable no significa deseable, ni siquiera clave para el éxito.
3. El fracaso te puede hacer un superhéroe. Pero también puede ser irreparable
El fracaso es muy pedagógico, te puede ayudar a conocerte mejor, al igual que a tu negocio. El fracaso nos ayuda a replantearnos mercados, productos o estrategias.
Pero hay fracasos que te pueden romper. Por eso, cuando confrontes la potencial pérdida de un fracaso con la potencial ganancia de un éxito, huye del fracaso que te pueda dejar personalmente irrecuperable.
4. Éxito y fracaso: cronología
Siempre se habla del éxito después del fracaso pero se habla muy poco del fracaso después del éxito.
Acompañando a ejecutivos y empresarios, veo esta segunda tipología con frecuencia. Porque no siempre se fácil reponerse de un éxito.
No siempre es fácil reponerse de un éxito
5. Tipos de fracaso
El fracaso tiene dos versiones:
a. El estallido: todo sucede de golpe, fue imprevisible y resulta incontestable.
b. La lenta agonía: suele responder a una ausencia de toma de decisiones, a la falta de una visión realista del mercado, a despreciar ayuda externa, etc. y acabado como la rana hervida.
6. El éxito y el fracaso se detectan cuando toca, no cuando tú quieres.
El éxito y el fracaso no son siempre obvios. El éxito y el fracaso se pueden reconocer mucho tiempo después. Pensemos, por ejemplo, en esos éxitos que al final de una vida se contemplan como un fracaso: se olvidó una familia o se abandonaron unos valores.
7. El éxito y el fracaso hablan de nosotros.
La diferencia entre una persona promedio y una persona triunfadora, a menudo, se dirime en el concepto que cada una tiene del fracaso y cómo lo enfrenta.
El éxito y el fracaso no están sólo ligados a un proyecto sino a una carrera profesional. Y si relees el artículo en esa clave lo interpretarás también con una mirada nueva.


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