Los HENRY (high earner, not rich yet) son personas con altos ingresos que aún no se consideran ricas. A pesar de ganar seis cifras, enfrentan grandes presiones financieras.
Lo contaba Callum Borchers en su Meet the HENRYs: The Six-Figure Earners Who Don’t Feel Rich en The Wall Street Journal.
Profesionales que ganan 300.000 dólares al año, aún sienten estrés financiero y no tienen capacidad de comprarse una casa. La percepción de que un alto salario garantiza libertad financiera no siempre se cumple.
¿Corres en una rueda o avanzas en alguna dirección?
Y es que así son las vidas lujosas, aunque no demasiado lujosas, de los estadounidenses considerados HENRYs. En muchos casos, de los millennials prototípicos que acumularon préstamos estudiantiles con la esperanza de conseguir empleos bien remunerados. Retrasaron la compra de casas y la formación de familias mientras ascendían en la escala profesional.
El 14,4% de los hogares estadounidenses tienen ingresos superiores a 200.000 dólares al año. Ingresos que se hacen insuficientes especialmente por unos costes muy elevados en casas o coches acordes con esos niveles de renta. Estos altos salarios a menudo arrastran deudas por estudios universitarios y de posgrado. El cuidado y la educación de los hijos se convierte en una carga importante.
Los HENRYs padecen lo que muchos estadounidenses de todos los niveles de ingresos enfrentan: sentir una brecha entre lo que tienes y lo que crees que necesitas para estar bien.
Los HENRY describen la sensación de estar atrapados en una rueda de hámster (que probablemente otros envidian).
Lo que estas personas con altos ingresos consideran esencial puede ser calificado por el resto de nosotros como lujo, pero también es cierto que hoy en día hace falta más dinero para sentirse rico. Y se genera otra ansiedad: convertirse en un HENRE (high earner, not rich ever), persona con altos ingresos, que nunca será rica.
¿Será necesario?


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