¿Son compatibles IA y sostenibilidad?

La 79ª Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGA) destacaba hace muy poco la importancia de la innovación tecnológica, incluyendo la inteligencia artificial, para acelerar el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Sanda Ojiambo, CEO de UN Global Compact, subrayó específicamente «la necesidad de innovar para acelerar el logro de los ODS, con especial foco en la digitalización y la inteligencia artificial como herramientas clave».

Pero en los últimos días estamos escuchando repetidamente cómo los esfuerzos en inteligencia artificial (IA) y sostenibilidad están a menudo en conflicto debido a la demanda de recursos y energía de aquella, a pesar de su potencial para avanzar hacia objetivos medioambientales.

Por un lado, la IA puede ser un motor para la sostenibilidad. Sin embargo, la otra cara de la moneda es el alto costo ambiental que conlleva el desarrollo de estos modelos de IA. Los centros de datos que soportan el procesamiento de inteligencia artificial consumen enormes cantidades de electricidad y agua.

Un solo modelo de IA, como ChatGPT, puede consumir el equivalente a medio litro de agua por cada conversación, lo que remarca el desafío que supone escalar estas tecnologías sin aumentar drásticamente la huella ambiental​.

A pesar de los esfuerzos por mejorar la eficiencia energética en los centros de datos, como la transición hacia energías renovables y el uso de sistemas de refrigeración más sostenibles, la creciente demanda de IA sigue ejerciendo una presión significativa sobre los recursos naturales.

Se estima que el consumo de electricidad de los centros de datos podría duplicarse para 2026, lo que intensifica la necesidad de soluciones inmediatas​. Pero hay quien lanza cifras mucho más altas. En realidad aún sabemos poco.

Eric Schmidt, exCEO de Google, asegura que la demanda energética para la IA es tan grande que los objetivos climáticos no son realistas ni, quizás, deseables. Que en todo caso será la propia IA la que nos dará las soluciones para resolver el asunto.

¿Son los esfuerzos en materia de IA y sostenibilidad opuestos? ¿Es esta una oportunidad para abandonar el decrecentismo y volver a creer en el poder transformador de la innovación y en un progreso que va resolviendo los problemas tecnológicos según vayan surgiendo?