Innovación organizacional: Estrategias celulares para empresas | Jorge Segado

Innovación organizacional: tres estrategias para vencer la resistencia al cambio

Asociando el comportamiento corporativo al comportamiento celular, resumimos en tres los modos en cómo responden las organizaciones ante la «amenaza de la innovación».

Es una pista tras la que me pone Eduardo Lazcano a raíz de una conversación con Alfons Cornella que traigo aquí por ilustrativa.

Primera analogía: célula vs. organización

Vamos a establecer una analogía viendo las organizaciones como células. Esto es: unidades con capacidad de vida propia. Con una membrana celular (estructura que la separa y/o relaciona con el exterior), un núcleo (consejo o comité de dirección) y un citoplasma donde se albergan los orgánulos celulares (departamentos y funciones).

Segunda analogía: la organización se defiende de la innovación como la célula de un ataque exterior

Las innovaciones en las organizaciones se perciben de manera natural como un ataque al sistema de defensa celular. Un mecanismo automático del de defensa lo rechaza como a un cuerpo extraño. Nada nuevo, es la primera barrera de la innovación.

Por eso es común –y en cierto modo, natural– ver iniciativas autoboicoteadas, porque compromenten la química y equilibrios internos y se activa una incomodidad que provoca resistencia al cambio.

Tres vías de innovación (o de incorporación de partículas a través de la membrana celular)

1. La difusión simple

Es la forma más sencilla. Es el movimiento de moléculas pequeñas a través de la capa lipídica de la membrana sin necesidad de energía. Sólo válida para moléculas pequeñas, no válida para innovaciones altamente (ni siquiera significativamente) transformadoras.

2. La endocitosis

La célula engulle partículas grandes u otras células formándose una vesícula a partir de la propia membrana, que entra en la célula.

Creamos un espacio de innovación dentro de las organizaciones. Está en la organización pero sin estarlo del todo, esperando a estarlo. Son los departamentos de innovación, oficinas de transformación digital, proyectos específicos o corporate venturing. Pueden no acabar de metabolizarse y se enquistan o se expulsan.

Sciencenotes.org

3. La difusión facilitada

En mi experiencia, la buena. La incorporación se produce con la ayuda de proteínas que facilitan el acompañamiento de la sustancia hasta su entrada en la célula.

Se genera un puente –un facilitador– de la innovación que tiene la capacidad de comprender la innovación pero también la organización y son capaces de abrir los espacios en la membrana para que las iniciativas entren y no sean rechazadas.

¿Por qué funciona el papel del facilitador en la innovación?

Hay dos principios básicos:

a. Si te quitas el sombrero de consultor estratégico y tiras de humildad, asumiendo tu rol de facilitador, puedes reconocer que quien mejor conoce la organización y el sector es el de dentro.

b. Quien mejor puede aportar innovación ha de estar necesariamente fuera.

Esto ha cristalizado en esta respuesta que siempre doy a mis clientes:

«No somos consultores estratégicos. Quien mejor conoce tu empresa y tu sector eres tú, os acompañamos a ti y a tus equipos en la definición e implementación de vuestra estrategia»

Además se conjuran algunas reacciones clave que parecen respuestas autoinmunes:

  1. «Qué nos va a contar a nosotros este»
  2. «Esta no es nuestra estrategia»

En contacto con la innovación

Las organizaciones han de estar siempre en contacto con la innovación, con su membrana siempre pegada a ecosistemas de innovación y orgánicamente flexible.

¿Cuál es tu manera de establecer y mantener esas vías de intercambio?

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