Este artículo de Rebecca Jennings me parece que bien merece una reflexión. Titulado ‘Ahora todo el mundo se vende (o es un vendido)’ (‘Everyone’s a sellout now‘) e inicialmente referido a las industrias culturales y creativas (ICC), vale para todos, especialmente para los que somos profesionales independientes.
Explica cómo los artistas tratan de “construir una plataforma” para que quien ha de decidir sobre sus libros o discos vean que tienen una audiencia que justifica la apuesta por ellos: ellos mismos son su departamento de marketing. Aunque nos gusta pensar en ellos como sujetos con motivaciones puramente creativas y no contaminadas.
Chuck Klosterman define el término “sellout” no como alguien que vende algo para enriquecerse, sino alguien que compromete sus valores para hacerlo: un vendido. Dice: «esto es particularmente malo si la persona comprometida todavía está haciendo el mismo trabajo que había hecho antes, pero empaquetándolo de un modo más aceptable para una audiencia menos exigente».
La pregunta es, tal y como dice Klosterman , ¿es este un juego de perdedores pero era al que estamos obligados a jugar?
¿Somos profesionales convertidos en pequeñas empresas gritándole al vacío digital lo grandiosos que somos? Cuidado, porque el reto es conocer cuánta gente nos cree.
Atentos a la construcción de la marca personal, que no es marketing de repetición, sino autenticidad y aportación de valor.


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